Mi blog de notas

2003's Pila

Una historia de Pedro (ahora mismo no me va su blog) me ha llevado a hacer un recuento de los libros que he leído en 2003. Los tenéis a la derecha. Son los que hay entre "La Ilíada" y "La corte de Carlos IV". En total, 19. No está mal para mí, pero es ciertamente mejorable. El ritmo necesario para leer 50 en 2004 lo veo demasiado para mí (a 1 por semana), pero intentaré superar los 19.

Si tengo que destacar alguno, éste sin duda es "El Conde de Montecristo", la novela que lanzó a Alejandro Dumas al estrellato. Y bien merecido el estrellato. Es un libro que me absorbió desde el primer momento, y me tuvo más de una noche en vela hasta el amanecer, durmiéndome a desgana. No sé si el grafo que se requiriría para representar la trama, por la que desfilan una infinidad de personajes, cabría en un DIN-A3. Como buena crema de folletín que es, los diálogos son para enmarcarlos, y pocos libros tendrán mayor relación momentos memorables/página que éste.

El protagonista, Edmundo Dantés, Conde de Montecristo, es de los personajes más fascinantes con los que me he topado. Es un personaje que sería imposible de encajar en un juego de rol. Aparte de que no se ha fabricado un dado con el tamaño suficiente para hacer la tirada de carisma o presencia que requiriría el Conde, nadie podría interpretar a alguien tan siniestro, borde, cruel y calculador; frío como un témpano, experto en todo, asquerosamente rico y condenadamente cortés.

Menuda venganza. El Conde podría aplastar a sus enemigos sin moverse del sillón. Pero no tendría gracia; sería como poner a pelear a Goku contra Chuck Norris. No. Se lo toma con una calma y una frialdad demoníacas. Mejor tejer una red de intrigas que ponga a París patas arriba y se extienda por media Europa, hilvanar una trampa con tan mala leche que ni el mismísimo diablo. Las criaturas que tuvieron la desgracia de putearle y convertirse en sus enemigos, por muy trepas y rastreros que sean, acaban inspirando lástima. Pues no es nadie, el Conde.